Personas con cefaleas o migrañas de repetición, mareos o inestabilidad, temblores o movimientos involuntarios, alteraciones de la marcha o del equilibrio, neuropatías (hormigueos, pérdida de sensibilidad), secuelas de ictus o lesiones neurológicas, trastornos del movimiento como Parkinson, o quienes necesitan una valoración neurológica especializada y un plan de acción integrado con su rehabilitación física.