Personas con dolor articular persistente (rodilla, hombro, cadera, columna…), lesiones deportivas que no terminan de mejorar, esguinces o fracturas recientes, secuelas de antiguas lesiones, sospecha de artrosis o desgaste articular, o quienes necesitan una segunda opinión médica, revisión de pruebas de imagen o valorar opciones como infiltraciones o cirugía dentro de un plan integral de tratamiento.